En los años 50, nuestros padres, Adjutori Roma y Dolors Fuster, abrieron una pequeña tienda de víveres en el número 21 de la Calle Mayor de Avinyó con una idea en mente: ofrecer un producto de calidad con el mejor servicio.
Hoy en día, seguimos trabajando la familia Roma. Pero ahora lo hacemos conjuntamente con un gran equipo de más de 750 profesionales con quienes velamos por mantener viva la filosofía de nuestros fundadores.
Venimos de una familia que nos ha enseñado a respetar el producto y, por encima de todo, al cliente. “Ofrecer un producto de calidad con el mejor servicio” no es únicamente una filosofía, también es una declaración de intenciones.